Una vez que cada uno obtuvo lo suyo en Stgo., yo tomé mi nuevo Mac y me lo traje a La Serena. Aluciné con Mac OS X, ya que en mi primer computador solo alcancé a probar Mac OS 8.5. Ya en su primera versión era una delicia trabajar con ese entorno, y lo usé bastante. sobretodo para trabajos de la Universidad. No lo quería vender ni permutar, pero estaba claro que era solo un paso en mi plan, por lo que no convenía encariñarse demasiado con el computador.
Pasaron largos meses en esta incesante búsqueda. Incluso mis amigos dudaban de que mi plan funcionara. Claro, la mayoría pensó que no tenía ni pies ni cabeza mi plan, pero yo estaba seguro de que funcionaría. Esta etapa del plan requería pasar muchas horas buscando en foros, sitios de remate, venta y permuta, hasta que dí con la persona ideal.
Un tecladista, del sur, de música religiosa, poseedor de un ensoniq TS-10, una máquina perfecta para mis propósitos. Una verdadera workstation (o sea, una máquina que hace muchas cosas, como grabar secuencias ,crear sonidos desde cero, reproducir samples, aparte de servir simplemente para tocar en vivo). Él era el segundo dueño de este teclado, el que a juzgar por las fotos que me enviaba por messenger, estaba impecable. Yo también hice demostraciones completas del Mac por messenger, para mostrar el perfecto estado del computador. A todo esto, derribé uno de los mitos que rondaban en torno a Apple en ese tiempo. En menos de una semana pude bajar (por obra y gracia de Limewire, una especie de Shareaza para Mac) todos los programas que usaba en PC y que necesitaba para mi manzana (entiéndase Photoshop, Dreamweaver, Flash, Office, messenger, etc). ¿por qué digo esto? Porque al contarle a mis amigos que tendría un mac, el mensaje que más se repitió fue "pero si no hay programas para mac". Bueno, yo siempre supe que estaban equivocados.
Finalmente nos pusimos de acuerdo en la permuta: Yo le agregaría un grabador de CD y un monitor usado y él me pasaría el teclado. El problema es que él era de Temuco, yo de La Serena. Obviamente lo más aconsejable era reunirnos en Santiago. Ahí la ayuda de los tíos de mi polola fue vital, ya que el cambio y prueba de los artículos fue en la casa de ellos.
Finalmente llegó el día. No ocultaré que dormí mal esa noche. Era el capítulo final de una historia compleja, que al parecer llegaba a un exitoso desenlace. Por fin tendría un instrumento profesional, algo ansiado desde que estaba en el colegio.
Foto de mi teclado, linkeada a mi álbum de fotos en flickr.
Eran las 6 y media de la mañana, y mi contraparte, Francisco, no me llamaba. ¿No habrá llegado?, ¿se habrán perdido?, ¿les habrán robado el sinte? Me pasaba ene rollos. No aguanté más y me levanté y los llamé (digo "los" porque mi contraparte venía acompañado por su esposa), pero no contestaban. Eso significaba el fin de todo. Seguramente Francisco se arrepintió a última hora y no viajó. Que mala onda, con las ilusiones que me había hecho...sniffffff
Subí a acostarme. Era lo mejor que podía hacer. Que lata volver a La Serena con el mac bajo el brazo.
Estaba quedándome dormido, cuando sonó mi celular. ¡Era Francisco!, contándome que estaban en el metro, esperándome parea que les indicara cómo llegar a casa. ¡¡¡¡Que felicidad!!!!
El resto fue simple, llegamos a la casa de los tíos de mi polola, armé el mac, con el grabador de cd Sony y el monitor que agregué para hacer la oferta más atractiva, y yo probé el ensoniq, y ambos quedamos satisfechos con nuestros artículos. Nos despedimos, y todos felices.
Yo aún conservo mi ensoniq, y a pesar de que lo he intentado vender en varias oportunidades, el sinte siempre se salva, y al final siempre se queda en casa.
Lamentablemente, al pasar los meses no todo fue felicidad :( , pero lo que pasó después se los cuento otro día, porque ya es hora de dormir. Chau. Espero que sigan pendientes de esta historia. Bye bye.
Pasaron largos meses en esta incesante búsqueda. Incluso mis amigos dudaban de que mi plan funcionara. Claro, la mayoría pensó que no tenía ni pies ni cabeza mi plan, pero yo estaba seguro de que funcionaría. Esta etapa del plan requería pasar muchas horas buscando en foros, sitios de remate, venta y permuta, hasta que dí con la persona ideal.
Un tecladista, del sur, de música religiosa, poseedor de un ensoniq TS-10, una máquina perfecta para mis propósitos. Una verdadera workstation (o sea, una máquina que hace muchas cosas, como grabar secuencias ,crear sonidos desde cero, reproducir samples, aparte de servir simplemente para tocar en vivo). Él era el segundo dueño de este teclado, el que a juzgar por las fotos que me enviaba por messenger, estaba impecable. Yo también hice demostraciones completas del Mac por messenger, para mostrar el perfecto estado del computador. A todo esto, derribé uno de los mitos que rondaban en torno a Apple en ese tiempo. En menos de una semana pude bajar (por obra y gracia de Limewire, una especie de Shareaza para Mac) todos los programas que usaba en PC y que necesitaba para mi manzana (entiéndase Photoshop, Dreamweaver, Flash, Office, messenger, etc). ¿por qué digo esto? Porque al contarle a mis amigos que tendría un mac, el mensaje que más se repitió fue "pero si no hay programas para mac". Bueno, yo siempre supe que estaban equivocados.
Finalmente nos pusimos de acuerdo en la permuta: Yo le agregaría un grabador de CD y un monitor usado y él me pasaría el teclado. El problema es que él era de Temuco, yo de La Serena. Obviamente lo más aconsejable era reunirnos en Santiago. Ahí la ayuda de los tíos de mi polola fue vital, ya que el cambio y prueba de los artículos fue en la casa de ellos.
Finalmente llegó el día. No ocultaré que dormí mal esa noche. Era el capítulo final de una historia compleja, que al parecer llegaba a un exitoso desenlace. Por fin tendría un instrumento profesional, algo ansiado desde que estaba en el colegio.
Foto de mi teclado, linkeada a mi álbum de fotos en flickr.
Eran las 6 y media de la mañana, y mi contraparte, Francisco, no me llamaba. ¿No habrá llegado?, ¿se habrán perdido?, ¿les habrán robado el sinte? Me pasaba ene rollos. No aguanté más y me levanté y los llamé (digo "los" porque mi contraparte venía acompañado por su esposa), pero no contestaban. Eso significaba el fin de todo. Seguramente Francisco se arrepintió a última hora y no viajó. Que mala onda, con las ilusiones que me había hecho...sniffffff
Subí a acostarme. Era lo mejor que podía hacer. Que lata volver a La Serena con el mac bajo el brazo.
Estaba quedándome dormido, cuando sonó mi celular. ¡Era Francisco!, contándome que estaban en el metro, esperándome parea que les indicara cómo llegar a casa. ¡¡¡¡Que felicidad!!!!
El resto fue simple, llegamos a la casa de los tíos de mi polola, armé el mac, con el grabador de cd Sony y el monitor que agregué para hacer la oferta más atractiva, y yo probé el ensoniq, y ambos quedamos satisfechos con nuestros artículos. Nos despedimos, y todos felices.
Yo aún conservo mi ensoniq, y a pesar de que lo he intentado vender en varias oportunidades, el sinte siempre se salva, y al final siempre se queda en casa.
Lamentablemente, al pasar los meses no todo fue felicidad :( , pero lo que pasó después se los cuento otro día, porque ya es hora de dormir. Chau. Espero que sigan pendientes de esta historia. Bye bye.
1 comment:
siempre quize conocer el famoso mac, y nunca pude. es como la nunca posible junta a webiar.. tamos hace como 2 años y no se puede por uno u otro motivo.
dejaste el suspenso en el aire...jajaj
cuidate reflex.
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